De acuerdo a las Naciones Unidas (ONU), la cantidad de ocho millones de toneladas de basura plástica llega a nuestros océanos cada año.
Una tortuga marina con una funda plástica.
Texto: Patricio Añazco / Fotos: Jairo Cabrera.
Botellas, bolsas de transporte, anillos de seis paquetes, sorbetes, cubiertos desechables y recipientes de espuma de poliestireno; productos de plástico como estos son tan omnipresentes que apenas los notamos, y mucho menos pensamos en el daño que están causando al ambiente.
De acuerdo a Plastic Oceans International, una organización sin fines de lucro con sede en EE. UU. Cada año se producen más de 380 millones de toneladas de plástico y se estima que el 50% consiste en artículos de un solo uso como: sorbetes, agitadores, tazas de café y bolsas de compras. Dado que solo alrededor del 20% del plástico se recicla cada año en todo el mundo, la mayoría de los desechos plásticos terminan en vertederos.
Eso no es todo, según las Naciones Unidas (ONU), la asombrosa cantidad de ocho millones de toneladas de esta basura plástica llega a nuestros océanos cada año, matando aproximadamente a un millón de aves marinas y 100.000 animales marinos al añocuando se enredan o ingieren los desechos plásticos.
Pero estas cifras alarmantes sobre la contaminación plástica no significa que es solo una amenaza para los animales, también es una amenaza dañina para los seres humanos. Cada vez somos más conscientes de cómo el plástico contamina nuestro ambiente. Gran parte de la atención reciente se ha centrado en cómo los micro plásticos (pequeñas piezas que van desde los 5 milímetros hasta los 100 nanómetros de diámetro) están llenando los mares y abriéndose camino hacia los seres vivos que viven en ellos. Esto significa que los micro plásticos oceánicos están entrando en la cadena alimenticia y eso vincula directamente el cuerpo humano.
Los investigadores estiman que se han producido más de 8,3 mil millones de toneladas de plástico desde principios de la década de 1950. Aproximadamente el 60% de ese plástico ha terminado en un vertedero o en el entorno natural. Una vez que el plástico llega al ambiente en forma macro o micro, se contamina y se acumula en las cadenas alimentarias a través de los suelos agrícolas, las cadenas alimentarias terrestres y acuáticas y el suministro de agua. Este plástico ambiental puede lixiviar fácilmente aditivos tóxicos o concentrar toxinas que ya están en el entorno, haciéndolos biodisponibles nuevamente para la exposición humana directa o indirecta, señala el Centro de Derecho Ambiental Internacional (CIEL).
Según un estudio publicado en la revista Environmental Science and Technology, los seres humanos pueden consumir entre 39.000 y 52.000 partículas micro plásticas por año. Estas cifras aumentaron de 74.000 a 121.000 cuando los científicos incluyeron la inhalación de micro plásticos.
Los micro plásticos que se pueden encontrar en alimentos comunes son: pescado, pollo, sal marina, miel e incluso en la cerveza. Anita Vandyke, científica espacial calificada y autora de A Zero Waste Life indica que los micro plásticos de los productos de belleza y las fibras sintéticas de la ropa también terminan en el agua potable. La ingestión o inhalación de micro plásticos puede provocar una serie de problemas de salud, que incluyen inflamación, genotoxicidad , estrés oxidativo y necrosis, afirma CIEL.
¿Qué puede hacer para ayudar a abordar el creciente problema de la contaminación plástica?
Diga que no. Se debe aprender a rechazar las cosas que no se necesitan, ya sea que esté pasando un día en su lugar habitual, o un día de excursión al aire libre. Un sorbete de plástico gratis, una bolsa de plástico en una tienda, simplemente son solo obsequios que se utilizan para atraer a los consumidores de todas partes. Y no analizamos que cada vez que aceptamos estos artículos, estamos creando una demanda para hacer más. Entonces, la próxima vez que alguien le ofrezca un producto de plástico, tómese un momento para preguntarse si realmente necesita aquello. Descubrirá que en muchas ocasiones simplemente no lo necesita.
Compre artículos que usen poco o ningún empaque de plástico. Una acción sencilla es elegir productos que tienen un mínimo o ningún embalaje de plástico. Esto ayuda a reducir la demanda de envolturas plásticas no-biodegradables (los plásticos de un solo uso, son los artículos más comunes que se acumulan en los vertederos), y además se ayudará a usted mismo a ahorrar dinero.
Compre al por mayor y cambie los desechables por los reutilizables. Comprar alimentos y otros productos básicos al granel y por mayor es la mejor opción. Se ahorra dinero en movilizarse y de usar empaques plásticos de transporte de un solo uso. Llevar su propio envase para comprar en la tienda, o para llevar desde casa hacia el exterior significa estar muy servido por objetos sin causar impacto alguno por desechos de plástico. Es una excelente manera de frenar los desechos y una disciplina fácil de practicar en el día a día de nuestras actividades. Es cambiar de artículos desechables de plástico como: bolsas de transporte, contenedores y cubiertos a reutilizables que evitan depender de artículos de un solo uso.
La reutilización no solo ahorra tiempo y dinero en la vida diaria, sino que también contribuye a ahorrar toda la energía y los recursos que de otro modo se habrían destinado para fabricar más desechables. Bolsas de mano y recipientes reutilizables, frascos de vidrio para conservar alimentos húmedos como: carne, pescado, fiambres y queso. Bolsas de tela que sirven muy bien para trasladar productos secos como: harina, azúcar, sal, granos y cereales. Botellas de vidrio que pueden almacenar líquidos como aceite, salsas, champú y jabón líquido. Adicionalmente llevar sus propios utensilios y cubiertos en lugar de usar utensilios de plástico desechables cuando salga a comer permite reducir el impacto del plástico generado por nuestras actividades diarias.