Las obras que más destacan son las de Pacciani, tanto por su belleza como por la precisión en los detalles, una de sus obras más emblemáticas es la llamada por los visitantes “El beso del ángel” que es parte de la tumba de Celeste Graciela Castillo, hija de quien fuera director de Diario El Telégrafo en 1897. Lleva un epitafio que expresa “vivió adorada, murió soñando”. Además fue el creador de otras esculturas como la tumba de Ismael Pérez Pazmiño, quien fundó Diario El Universo, y descansa junto a su esposa, en cuya lápida lleva de epitafio un juramento en el que su esposo culmina con la frase “aún en la tumba te amarán mis huesos”, un juramento que después fue llevado a la música como un Pasillo.