El Cementerio General de Guayaquil es un museo al aire libre donde se puede visualizar la belleza, el arte y la historia.
Mausoleo de Julio Jaramillo en el cementerio Patrimonial de Guayaquil
Texto & Fotos: Trail Forth Journal.
La tumba más antigua de lo que hoy es el Cementerio Patrimonial de Guayaquil es la n.º 308 pertenece a Juana Rosa Julia Correa y Pareja, una niña que fue sepultada de tan solo un año de edad, el 13 de noviembre de 1831. Sin embargo no fue la primera en ocupar el panteón de la ciudad debido a que este fue oficialmente fundado el 27 de abril de 1823.
Durante la época colonial, se habituaba sepultar a los difuntos en los templos o en pequeños panteones, lo que generaba malestar y complicaciones. Por esta razón se procedió a designar un área al norte de la ciudad con el objetivo de construir un cementerio. Fue así como el cementerio termina siendo construido entre el pie y las laderas del Cerro del Carmen. Este se ha extendido a lo largo de la calle Julián Coronel, cerca de varios hospitales, ancianatos y la morgue.
La riqueza cultural del Cementerio Patrimonial de Guayaquil.
En el Cementerio Patrimonial destaca el color blanco de su importante conjunto arquitectónico que está integrado por: mausoleos, altares, bóvedas en series y tumbas bajo suelo. Existen alrededor de 400 esculturas de varios artistas italianos, entre ellos: Pietro Capurro y Enrico Pacciani. Cada una de las obras con heterogéneo diseño y geometría, algunas de ellas acompañadas por arcos, columnas, estatuas, elementos en mármol.
Las obras que más destacan son las de Pacciani, tanto por su belleza como por la precisión en los detalles, una de sus obras más emblemáticas es la llamada por los visitantes “El beso del ángel” que es parte de la tumba de Celeste Graciela Castillo, hija de quien fuera director de Diario El Telégrafo en 1897. Lleva un epitafio que expresa “vivió adorada, murió soñando”. Además fue el creador de otras esculturas como la tumba de Ismael Pérez Pazmiño, quien fundó Diario El Universo, y descansa junto a su esposa, en cuya lápida lleva de epitafio un juramento en el que su esposo culmina con la frase “aún en la tumba te amarán mis huesos”, un juramento que después fue llevado a la música como un Pasillo.
El Cementerio Patrimonial de Guayaquil tiene un cenotafio perteneciente al importante escritor ambateño Juan Montalvo. Su muerte fue en 1889, al saber esto sus amigos cacaoteros decidieron repatriar sus restos desde Francia hasta Guayaquil. No obstante fue hasta 1932 cuando fueron trasladados sus restos a su natal Ambato.
Cementerio Patrimonial de Guayaquil: la vida y la muerte, el bien y el mal.
Hay importantes detalles a nombrar sobre el cementerio de Guayaquil, como que en la etapa número uno hay una área destinada para los ateos, la cual es descrita en 1866, mientras que en 1887 se menciona el Cementerio de los Protestantes, que había sido construido a 200 metros del Cementerio Católico. El Cementerio de Guayaquil tiene el suelo original de baldosas similares a un tablero de ajedrez: blanco y negro haciendo referencia a la vida y a la muerte, al bien y al mal.